La obra presentaba principalmente daños repercutidos en los estratos pictóricos por la carencia de un bastidor. Sufrió dobleces y arrugamientos por una inadecuada manipulación que contribuyeron a agravar los daños que presentaba. Pequeños pero numerosos desprendimientos generalizados, y una oscura capa de barniz oxidado contribuyeron a ocultar la calidad de lo que es una evidente obra todavía inédita de José Camarón.