Esta tabla, aunque hoy en día se conserva como pieza única, originalmente formaría parte de un retablo en el cual ocuparía el lugar del ático ya que el tema representado, la crucifixión, y el fondo azul superior así lo indican. La técnica es al temple sobre tabla con mazonería y fondos dorados. Sus dimensiones son: 111 x 95 cm, aunque no son las originales debido a las mutilaciones que sufrió. Hoy en día forma parte de la colección del Museo de Bellas Artes de Valencia. La restauramos en 2003.
Sus dimensiones originales han sido disminuidas por la parte superior en unos 10 cm aproximadamente y por los bordes en una anchura correspondiente a los pináculos que originalmente poseería. El sistema de embarrotado que presenta es el original típico de esta época: un aspa central y dos barrotes horizontales sujetos por clavos de forja introducidos por el anverso. Al aserrarse por la parte superior se eliminó el barrote quedando la estabilidad del soporte en su plano horizontal debilitada, ello motivaría que se le añadieran los tres listones más delgados de madera de pino atornillados que se podían ver antes de nuestra intervención, dos alineados a ambos lados en el centro de la cruceta y otro en la parte interior de la zona superior de las aspas a unos diez cm del borde. Un elemento también posterior es el fragmento de madera que se clavó en la mitad del borde superior para colocar la pieza metálica que servía como colgador. En una restauración antigua se le aplicaron las tiras de tela encoladas entre las juntas. Dado que había una separación entre ellas, ello ocasionó daños en el anverso, reblandeciendo y arrugando las capas pictóricas. Otro daño considerable fue el ataque de insectos xilófagos en las juntas de los tablones, bordes y esquinas de las tablas, con pérdida de soporte. La mitad izquierda de la tracería gótica fue repuesta en alguna intervención datable a mediados del siglo XX.
Respecto a la película pictórica, el aspecto general era muy lamentable. Con capas de barniz oxidado, denso, muy brillante y opaco, más repintes y manchas de cola que hacían difícil una correcta apreciación del cromatismo original de la obra. Tampoco se apreciaban los motivos florales que decoran el fondo azul y que se descubrieron durante la limpieza. La pérdida de los estratos pictóricos del borde inferior era considerable, dejando al descubierto la madera del soporte y, aunque las lagunas verticales se habían intervenido anteriormente la pérdida de los estratos originales es mayor de lo que aparentaba. Todo ello estaba mal disimulado por una burda restauración anterior en la que se había repintado y estucado de modo invasivo.