Se trata de una escultura en madera policromada y dorada de 65 x 25 x 22 cm cuya autoría estaría perfectamente integrada en el círculo más inmediato de Alonso Cano. Proviene de una colección particular de Valencia. La restauramos en el 2019.
La obra se hallaba burdamente repintada, con una considerable capa de suciedad y barniz oxidado. También carecía de algunas pequeñas partes como dos alitas de los angelitos de la base. Además las manos que eran de nueva factura carecían de una finura más apropiada. Y presentaba problemas de falta de consolidación en la zona estofada de la base.
Con nuestra intervención eliminamos los repintes y la repintamos de nuevo por voluntad de su propietario, tomando como fiel referencia las esculturas originales de Alonso Cano de la Catedral de Granada. También modificamos las manos estilizándolas de un modo acorde a las referencias de dichas esculturas de Cano. Asimismo rehicimos las alitas perdidas de los angelitos.