Esta ha sido una de las obras más exigentes que hemos restaurado recientemente, al tiempo que de las más estimulantes e interesantes. La complejidad de la restauración de esta obra venía dada por su mal estado de conservación al tiempo que porque es una obra con otra pintura subyacente. Esto fue algo que no pudimos discernir con seguridad hasta iniciar la retirada del barniz oxidado y de los repintes, que ocultaban las transpariencias de las partes de la composición subyacente. La pintura desestimada por el autor es, probablemente, una versión adulta del mismo personaje. Este llevaba un crucifijo en la mano derecha y un ramo de flores en la izquierda en su regazo. Antiguas limpiezas agresivas eliminaron los tonos de color transparentes y ocasionaron que se confundieran ambas composiciones. La densa capa de barniz oxidado contribuyó a dificultar la percepción de la obra y a disimular los daños causados.