Nuestra restauración de una magnífica obra del primer Renacimiento italiano. Conserva su marco original. Está ejecutada con la técnica mixta del temple y óleo. Con una soberbia talla dorada y policromada.
Aunque en su momento sufrió una limpieza muy agresiva que le erosionó los colores más sutiles en algunas zonas puntuales, técnicamente está muy bien ejecutada, de modo tal que ha pervivido en muy buenas condiciones. Se aprecian los recursos estilísticos característicos de la época como los variados nimbos dorados y las túnicas con letras doradas. Es muy peculiar la fisonomia de las caras.