Restauración de un magnífico óleo sobre lienzo que representa a la Inmaculada Concepción rodeada de querubines que portan algunos de sus atributos, y al Arcángel San Miguel alanceando a la serpiente simbólica del pecado original. Dadas algunas similitudes técnicas, compositivas y tipológicas, pensamos que el autor desconocido por ahora de la obra debió ser alguien próximo a Francisco Bayeu, pintor de cámara de los reyes Carlos III y Carlos IV. Así como maestro de tantos pintores de renombre de la segunda mitad del siglo XVIII, y director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.